Si tiene diabetes tipo 2, también puede tener un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular. Los adultos con diabetes tienen el doble de probabilidades de tener un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular que las personas que no tienen diabetes, incluso si su diabetes está bien manejada.
Con el paso del tiempo y cuando no se trata, la diabetes puede dañar los vasos sanguíneos. El exceso de azúcar en la sangre hace que los vasos se vuelvan rígidos y se llenen con una sustancia grasa llamada placa que puede provocar obstrucciones. Así es como se produce un accidente cerebrovascular, debido al daño en los vasos sanguíneos que transportan la sangre y el oxígeno al cerebro. Si uno de esos vasos sanguíneos está obstruido o se rompe, impide que la sangre y el oxígeno lleguen al cerebro.
Es importante que tanto usted como las personas que le rodean reconozcan los síntomas frecuentes.
El acrónimo F.A.S.T. (Face, Arm, Speech, Time [cara, brazo, habla, hora]), por sus siglas en inglés, es una forma fácil de recordar los signos de un accidente cerebrovascular.
Si nota que su cara se está cayendo o experimenta debilidad en el brazo o dificultad para hablar, entonces es hora de llamar al 911 para recibir atención médica inmediata.
Además de mantenerse en comunicación constante con su médico, añada estos consejos a su lista de cuidado personal para cuidar su corazón y su cuerpo, y hacer que todos sus esfuerzos cuenten aún más.
*Su médico puede ayudarle a planificar esto.
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